La solemnidad de NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO, es una fiesta que siempre cierra el Año Litúrgico en el que se fue meditando sobre todo el misterio de su vida, su predicación y el anuncio del Reino de Dios. Siempre se celebra el quinto domingo antes de la fiesta de navidad del 25 de diciembre.
Fue el papa Pío XI quien, el 11 de diciembre de 1925, instituyó esta solemnidad para cerrar el tiempo ordinario del calendario litúrgico. El objetivo de esta fiesta es recordar la soberanía universal de Jesucristo. Lo confesamos supremo Señor del cielo y de la tierra, de la Iglesia y de nuestras almas.
“Jesús le contesto [a Pilato]: –Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, tendría gente a mi servicio que pelearía para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
Le preguntó entonces Pilato: –¿Así que tú eres rey?
Jesús le contestó: –Tú lo has dicho: soy rey. Yo nací y vine al mundo para decir lo que es la verdad. Y todos los que pertenecen a la verdad, me escuchan.”
Jn 18, 36-37
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