Para poder celebrar la Eucaristía se necesitan algunos objetos litúrgicos:
Cáliz: Vaso consagrado para contener el vino, que a partir de la consagración se convertirá en la Sangre de Jesús.
Patena: plato donde se colocan las hostias que el sacerdote consagrará durante la misa.
Corporal: pequeño lienzo blanco que se coloca encima del mantel del altar, sobre él se colocan el cáliz y la patena y se realiza la consagración.
Vinajeras: dos recipientes que contienen el vino y el agua para usar en ofertorio.
Palia: un pequeño paño cuadrado y blanco con el que se cubre el cáliz.
Copón: copa grande con tapa, destinada a la conservación de las hostias consagradas.
Purificador: se utiliza para purificar (limpiar) los recipientes después de la comunión.
Velas: habitualmente se usan dos, y representan la presencia de Jesús resucitado que es nuestra luz.
Lavabo: se utiliza para que el sacerdote pueda lavarse las manos antes de la consagración.
Manutergio: es un pequeño paño que se utiliza a modo de toalla para que el sacerdote se seque las manos.
Libros litúrgicos: el libro que se coloca sobre el altar es el misal, que contiene las oraciones propias de la misa, pero también están el leccionario, que se coloca sobre el ambón y contiene las lecturas de la palabra de Dios que se proclaman en la misa; el libro de la sede, que es como el misal pero sólo con las oraciones iniciales, las intenciones y las oraciones finales; el evangeliario, que es como el leccionario pero contiene solo la palabra de los Evangelios; y el libro del guía, que tiene algunos textos para animar la celebración.
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