En un periódico, apareció esta noticia: “ un nigeriano ha muerto esta noche en las calles de Madrid, debido a la ola de frío que estamos padeciendo”. No aparecía su nombre, ni su edad, ni su trabajo… simplemente era “un nigeriano”.
Cuando murió Chu-lín, el osito panda del zoo de Madrid, todos los periódicos hablaron de él. Parece que nos importara más la vida del osito que la del nigeriano. ¿No es sorprendente?
Cada mes en el mundo mueren por causa de la pobreza no menos de tres millones personas y esto ni siquiera se ve.
Se acerca la Navidad y no podemos olvidar en nuestras fiestas la pobreza y soledad de estas personas. Cuando Jesús nació no tenía casa o posada para dormir porque eran pobres. Como Jesús viven millones de personas que en estas navidades no tendrán lo más normal; una casa y comida, y, por supuesto, juguetes y dulces de Navidad.
Nosotros podemos ayudar dando algo de nuestra hucha, o comprando algún regalo a algún niño más necesitado que nosotros. Háblalo con tus padres en casa.
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